viernes, 5 de junio de 2020

Invitación

Romina, la chica "pilas", y yo siempre tuvimos buena química, coincidíamos en eventos y era muy divertido hablar con ella, un día Edson me sorprendió mirándola más de la cuenta mientras se iba -Se nota que te gusta, ya límpiate la baba -dijo bromeando. -Calla, bueno si, pero no se.. -alegué -Pero dile para salir o algo, no seas tarado, por ahí y pasa algo -insistió.

Tan persuasivo Edson, no sólo me animó a llamarla, sino que, ademas me asesoró en cómo tenia que ser la invitación.
Llamé a Romina para invitarla a almorzar, sin saber que ese sería el comienzo por el cual nuestra "casi relación" se resquebrajaría.
-Alo.
-Hola Romina, que tal.
-Muy bien, que milagro, a que se debe tu llamada.
-Pues, quería preguntarte algunas cosas, tu sabes, sobre voluntariados y eso, que te parece si mañana almorzamos juntos en mi casa.
-Claro, genial, voy a tu casa como a la una, queda.
-¡Queda!, te espero entonces.

-Bien, dijo que si -me alegré.
-Ves, atracó -profirió Edson -Obviamente quiere algo contigo, esta implícito.
Según Edson, llevamos ciertos mensajes cifrados, un "te invito a comer a mi casa" en realidad significa "quieres algo más conmigo", si la respuesta es "Si", pues la chica en cuestión esta interesada en ti, pero si la respuesta es "No creo que pueda", "estoy ocupada", "Quizás otro día", es una forma sutil de "chotearte" o de darte a entender que no esta interesada en ti.

Según Edson, entre los adultos esta sobreentendido que la invitación a comer es sólo un pretexto, una excusa, "Basta con que abras un par de vinos, pongas unas tostaditas en la mesa de la sala y listo, solo dejas que todo fluya. las mujeres saben que no van a tu casa a comer"; A Edson el plan nunca le fallaba. Una vez, una chica puso algo de resistencia moral, cuando el sugirió "algo mas", "Tuve que fingir que ponía los fideos a la olla y que preparaba la salsa de tomate, pero a los pocos minutos ella se destensó y ya no tuve que cocinar nada, todo fluyó", me ilustraba Edson.
Fue por este testimonio que yo pensé que Romina estaba interpretando lo mismo que yo con la invitación a comer. Ella acepto y hasta parecía que le gusto la idea que sea en mi casa.

Por eso me llamó tremendamente la atención que lo primero que dijera ni bien le abrí la puerta sea: "Uf me muero de hambre". Creí que se trataba de un chiste provocador y le seguí la corriente, me reí, y con tono socarrón, le contesté "Uf yo también".
Horas antes, sólo me había preocupado por conseguir provisiones lógicas para la ocasión: Vino, Tostaditas y Piqueos. Comida de fondo, no había.

No llevábamos ni media hora de charla en el sofá de la sala, cuando Romina ya había dado cuenta de todas las pasas, maníes, y aceitunas que yo había colocado a su alcance a manera de entremés; yo intentaba avanzar por caminos más intrincados, acercándome a su lado en el sillón, buscando algún pretexto para tomarla de la mano, pero ella solo parecía estar concentrada en la comida. Eso me descorazonó un poco.
Vacié entonces sobre la fuente un paquete entero de tostaditas y otro de galletas saladas, raciones que no sobrevivieron ni veinte minutos en el recipiente; y mientras devoraba el tentempié, yo trataba de relajarme con exageradas dosis de vino. Cuando busqué algo mas de intimidad, una mirada directa, una caricia deliberada, Romina me hizo la pregunta que se supone no debía hacer:

-Bueno y ¿que me vas a preparar?.
-Puedo hacerte una Millaneza super buenaza, o si prefieres pasta a la boloñesa con albóndigas -sugerí, mientras pensaba de donde iba sacar todo eso.
-Mira, soy vegana y pro-animalista, y me voy a ahorrar la labor de explicarte por qué comer animales es asesinato, simplemente no tengo fuerzas para discutir contigo. -increpó molesta
-Es por falta de proteínas. -respondí latoso

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