Que planes
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Pero es lúgubre cuando proponen ir a bailar y una vez en la discoteca observas cómo tus amigos, en un gesto de tierna y silenciosa solidaridad, se van turnando para no dejarte sólo. Es peor cuando sus novias ejercen de "consideradas" y te sacan a bailar para que tú, el soltero del clan, también te diviertas, como si fueras un lisiado al que hay que tratar de hacer sentir normal. Es más penoso aún cuando todos quieren bailar una canción de moda, y para no abandonarte al borde de la barra te arrastran a la pista, hacen un circulo y te empujan dentro, creyendo que así te hacen un favor.

La sala es un campo de concentración amoroso, hay dúos de novios y esposos de todas las edades, están en todas las filas, apretujados, desparramados sobre sus asientos, compartiendo el mismo pote de canchita. La película no puede ser más predecible, es sobre un típico galán exitoso que se fija en la niña agraciada, antisocial (Cliché), ésta a la vez esta convencida de que este adonis es un patán mujeriego, sin embargo el galán demuestra que tiene sentimientos sinceros por ella (Cliché); pero para convencerla, y antes que se marche muy lejos, va a alcanzarla al aeropuerto pasando por muchas peripecias para llegar (Cliché), ya en el aeropuerto brama todo lo que siente por ella y se arrodilla jurando amor sincero y, el colmo de los clichés, todo el aeropuerto está tan conmovido con la escena que, cuando la pareja se abraza y besuquea, todos aplauden sonriendo. FIN.

Si alguna vez me sentí así, no recuerdo; sin embargo si ha habido muchas películas que me han cautivado, de géneros distintos, como Sliding Doors, Cruel Intentions, Rang de Basanti; por mencionar algunos. En fin, será en otra ocasión.
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