lunes, 24 de octubre de 2016

Cine

Hace un tiempo me presentaron a "T", me gusto desde que la conocí y, fiel a mi dinámica saboteadora, me obsesione. Averigüe clandestinamente su cuenta de facebook y le escribí unos cuantos mensajes, la invite a salir repetidas veces, es decir, la corteje apelando a toda mi caballerosidad y guiado por un espíritu adolescente que creí haber perdido.

Por supuesto, como toda chica linda que se siente asediada, ella reaccionó "choteandome" las 4 invitaciones a ir al cine; primero inventando excusas como "hoy no puedo, tengo un trabajo", "Lo siento saldré con unas amigas", "quede en viajar con mi familia" y "Tengo sueño, mejor otro día" y luego simplemente cambiando de tema cuando ya sospechaba para donde iba la conversación.

Esta de más decir que entendí el mensaje, opte por no insistir; lo peor de sentirse "choteado" es que en el fondo te siente humillado, desearías no haber propuesto ningún "encuentro". En fin, lo deje así, todo para que meses después sonara el celular:
- ¿Alo?
- Hola, soy "T", ¿como has estado?
- Hola "T", ¡que sorpresa!
- Bueno te llamaba para preguntarte si quieres ir al cine en la noche.
- ¿Al cine?, claro, me encantaría.
- Genial te parece a la función de las 10?.
- Perfecto, ¿paso por ti entonces?.
- ¡Listo, hasta la noche!.

"T" siempre me había parecido atractiva, alegre y con un muy buen sentido del humor. Cuando llegue a su casa hubo un detalle, quizás insignificante y estúpido, pero que yo tome como buen augurio. Le abrí la puerta del auto y cuando di la vuelta para ubicarme en mi posición de piloto, ella me devolvió el gesto, abriéndome la puerta desde adentro; puede ser algo tonto pero esas reacciones imperceptibles pueden ser indicadores de un interés encubierto.

La segunda actitud que me gustó ocurrió en la boletería del cine, T hizo el amago de querer pagar su entrada, por supuesto la interrumpí, advirtiéndole que yo la estaba invitando, ella cerro la billetera y muy segura de si misma dijo "Esta bien, pero yo pongo la canchita".

Parece tonto, pero es muy estimulante esa clase de gestos, no importa que no pague, pero el hecho de proponerlo hace que uno se sienta bien: ¡Igualdad de genero señores!. Claro, mucho mas tarde, un amigo me diría "Oe zopenco, no es que ella quiera compartir los gastos, lo que quiere es dejarte en claro que es una mujer independiente. A lo mejor para ella no fue una cita, sino una salida de amigos".

Vimos la recontra super hiper mala película "El aro vs la Maldicion", escogí yo la película, guiado por las insistentes sugerencias de un par de amigos (antes de enterarme que para ellos "Transformers" merece un Oscar a mejor guión, entendí lo tarado que fui en hacerles caso).

Pero lo que realmente importaba era que T estaba ahí, sentada a menos de 10 centímetros de mi. El cine parece ser una buena opción, terreno ideal para medir cuanto congenias con al chica que te acompaña, aunque no converses por dos horas igual puedes conocer silenciosos detalles  de su personalidad; como sus gustos cinéfilos al momento de los trailers, su sentido del respeto (si apaga el celular o no, si bosteza, si se duerme, si se quita los zapatos, si pone los pies en el asiento delantero, etc.) y también puedes detectar sus niveles de sensibilidad.

Acabada la película, la lleve a su casa, hablamos todo el camino y luego media hora mas estacionados en su puerta; debo admitir que en serio es muy divertida, congeniaba muy bien su sentido del humor con el mio, la pase muy bien y espero que ella también.
He quedado en ir al cine nuevamente con ella, por supuesto esta vez dejare que ella elija la película.

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