Pelea
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Siento un golpe en la mejilla izquierda, golpe que me hace retroceder dos pasos, uno de esos golpes que más que dolerte, te indignan, el alboroto en la discoteca se hace cada vez mas notorio; me siento humillado, ahora pretendo ir con todo y, con mejor puntería, darle un buen golpe, que si bien no podría ganar, por lo menos daría batalla. Estoy por abalanzarme sobre él cuando dos orangutanes de polo negro me detienen y me arrastran hasta la puerta de salida, parezco un títere suspendido en el aire en medio de esos forzudos agentes de seguridad.
A lo lejos, Sara me mira con compasión, sospecho que ha estado disfrutando todo el espectáculo, como la típica chica que secretamente adora que dos fulanos se peleen por ella, y ella, por supuesto, se va contenta con el ganador como quien lo condecora, sintiéndose un premio bien merecido; un pensamiento machista debo decir.
Es la primera vez que me botan de un lugar, hay gente mirándome con lástima; yo solo atino a lanzar improperios sin destinatario; estoy más ebrio de lo que sospechaba, pienso en el fondo que al expulsarme del local, los de seguridad, me han salvado de una paliza; si la pelea hubiera durado unos minutos más, seguramente ahora estaría en alguna clínica esforzándome por mover mi cuerpo.
Cuando estoy decidido a largarme del lugar veo a Sara salir con su ex enamorado, me miran y se acercan hacia mi; tomo aire, hago acopio de toda la rabia acumulada, y entiendo que ha llegado el momento, me van a masacrar, aprieto la mandíbula, cierro los puños y me encomiendo velozmente a la Virgen del Chapi.
Para mi sorpresa la cara del ex ha cambiado, de bulldog rabioso mutó a una cara gentil y amistosa.
- Lo siento compadre. -dijo para asombro mío, lo dijo a regañadientes, como si se tratase de un niño obligado, Sara lo estaba forzando, luego la cogió de la mano y se fueron juntos, Sara sólo atino a decir en voz baja "Lo siento".
Que rayos ha pasado aquí; la primera pelea oficial de mi vida acaba de ser suspendida, la borrachera se me ha pasado. La gente que nos había rodeado, esperando seguramente un espectáculo, una gresca; se retira defraudada.
Cuando llego a casa me voy a dormir con una mezcla de asombro y frustración, como es inevitable, sueño con Sara, pero en el sueño las cosas ocurren distinto: Ella me besa, yo liquido a su ex con un monumental derechazo en la cien, y toda la discoteca me ovaciona, incluido el DJ que, en un detallazo, pone Eye of the Tiger, la canción de Rocky a todo volumen.
¿Es cierto que las mujeres masajean su ego cuando dos hombres se van a las manos por ellas? ¿Es preferible ser un tipo honorable pero ileso? ¿O es mejor que te rompan la cara antes de que te rompan el corazón?.
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